El 27 de Marzo de 1974 fué la primera vez que un grupo de 27 mujeres campesinas de Reni, una aldea del Estado de Uttarakhand, que limita con la cordillera del Himalaya en la India, detuvieron la deforestación local abrazándose a los árboles para impedir a los taladores que los derribaran. A este movimiento se le llamó el movimiento Chipko( en hindi, significa abrazaárboles).
Al cabo de 10 años, el movimiento Chipko de mujeres, había organizado cooperativas que se encargaban de vigilar los bosques locales, trabajaban para reacondicionar la tierra y creaban viveros en los que se reproducían especies locales. El éxito obtenido salvando los árboles, tuvo un efecto dominó de gran alcance; fue así como en 1980, la primera ministra de la India firmó un decreto en el cual prohibía talar árboles de las regiones del Himalaya en 50 años hasta que la capa verde se hubiera restablecido.
El precedente histórico de Chipko sucedió en 1730, cuando Amrita Devi y sus tres hijas fueron martirizadas por el maharajá de aquellas regiones enviando a sus hombres a talar los arboles KHEJRI, ellas se opusieron, ya que estos árboles eran sagrados para el movimiento religioso bishnoi al que pertenecía Amrita, su familia y toda la region donde vivian. Cuentan que dijo:” Si un árbol se salva, incluso el precio de mi cabeza, habría valido la pena”. Provocados por sus palabras, los taladores usaron sus hachas para decapitarla y sus hijas imperturbables ante lo que le acababa de suceder a su madre, ofrecieron las suyas también. En respuesta a esa resistencia, el maharaja ordenó que se talaran todos los árboles verdes de la vecindad. La noticia llegó a los bishnoi, quienes tomaron la determinación de salvar sus árboles sagrados abrazandonse a ellos. Para entonces, 363 bishnois ya se habían convertido en mártires.
Son muchas las historias de personas, principalmente mujeres, que se han abrazado a un árbol para salvarlo. Entre una de ellas, esta la de la activista Norteamericana, Julia Butterfly Hill, quien en 1997 atravesó el país de Este a Oeste, para unirse en el Norte de California a las protestas de los medioambientalistas. El propósito era proteger un campo de Secuoyas Rojas milenarias. Julia subió en uno de ellos (al que mas tarde llamo Luna) y se instaló entre sus ramas durante 738 días, con la ayuda de otros activistas, hasta lograr la intervención del gobierno en la conservación de esas tierras y la permanencia de 12 árboles milenarios de Secuoyas.*
ACERCÁNDONOS A LOS ARBOLES… con estos 4 escritos, ha sido el homenaje que he querido darle a ellos en este Abril, al mismo tiempo, invitarlos a todos ustedes que desde sus conciencias y sus almas, individual o colectivamente, con un estilo propio o creación se ACERQUEN también; en primer lugar, para agradecerles y después para aprender de su grandeza y su generosidad.
El domingo 26 de Abril, estoy invitando al Grupo de Mujeres con el que he venido trabajo desde hace varios años y a otras mujeres, ha reunirnos en el Greynolds Park en Miami a las 8 de la mañana, y darle en colectivo un sentido a la celebración del Día de la Tierra en este 2015.
*Apartes tomados del libro de Jean Shinoda Bolen, Sabia como un árbol.